Organizo mi mundo Zen
Nuestro deseo de espacio refleja la necesidad de tomarnos un respiro en nuestra
vida estresada y frenética. Necesitamos espacio para poder sosegar el ánimo,
relajarnos y desarrollar ideas. De todos modos, el espacio interior va mucho
más allá de las dimensiones y las paredes. Empleando una paleta restringida de
colores claros y materiales naturales y
limitando el mínimo el mobiliario, un piso pequeño y bien ordenado puede
parecer más espacioso que una casa grande y desordenada. Explorando maneras
distintas de utilizar el espacio en nuestro hogar podremos abrirnos a nuevas
formas de vida.
Asociada a los aspectos positivos de la vida, la luz es esencial para nuestro
bienestar físico y espiritual. Su ausencia entorpece nuestros sentidos y afecta a nuestras emociones. Los
interiores serenos de inspiración Zen aprovechan la luz disponible (ya sea
natural o artificial) para potenciar la sensación de espacio y crear una atmósfera
tranquila y relajante. Controlando la cantidad y el tipo de iluminación es
posible inspirar diferentes estados de ánimo, de acuerdo con la función de la
estancia y el momento del día.
El Zen se ocupa de la búsqueda de la paz interior en medio del desorden
y el caos del mundo exterior. Aportar orden a nuestras vidas nos ayuda a alcanzar un estado de calma
y quietud. Y, aunque quizá sea imposible imponer un sentido del orden en todos
los aspectos de la vida, podemos organizar nuestros hogares para convertirlos
en remansos donde podamos recuperar el equilibrio. El placer que se obtiene
organizando nuestras posesiones cuidadosa y reflexivamente es un fantástico
antídoto contra el ritmo de la vida
moderna.
El concepto de que la forma siga a la
funcionalidad conduce a formas agradables y a un buen diseño. Utilizar algo que
funcione correctamente y sea estéticamente agradable convierte las tareas del
hogar como limpiar y cocinar en experiencias gratificantes. La simplicidad
austera de un bol blanco liso o un futón tradicional es atractiva además de
práctica. Los requisitos de facilidad de uso, comodidad y resistencia producen líneas elegantes y
curvas gráciles que dan a objetos tan dispares como una mesa o una cuchara una
belleza inherente.
Los edificios e interiores perfectamente proporcionados, simétricos y
diseñados siguiendo unas normas estrictas en cuanto a las medidas tienen una
apariencia y un carácter agradablemente armoniosos. Para conseguir una
sensación de bienestar semejante en nosotros mismos debemos crear espacios
amplios y bien proporcionados. Siempre que sea posible, también es conveniente
elegir un mobiliario que se ajuste a las dimensiones de las estancias, así como
paleta de colores que nos inspire tranquilidad. Introducir de este modo una sensación
de armonía en nuestro hogar nos producirá una relajación completa.